Forma parte ya del lenguaje cotidiano denominar Zona Cero a aquel espacio (físico o no) que ha sido objeto de un acontecimiento de tal magnitud que, automáticamente, pone el contador a cero en la historia particular de ese sitio (físico o no): primero para que no se olvide y, segundo, para que todo pueda ser reformulado desde ese nuevo punto de partida. El momento actual de crisis generalizada puede convertirse (si no lo ha sido ya) en la Zona Cero para la arquitectura en nuestro país: un espacio de tiempo, concreto, a partir del cual nos veremos obligados a buscar nuevos caminos. / Forms part of everyday language to call Zero Zone to that space (physical or not) that has undergone an event of such magnitude that automatically sets the counter to zero in the particular history of that site (physical or not): first so that is not forgotten and, second, so that everything can be reformulated from this new starting point. The present time of general crisis can become (if it has not already been) at Zero Zone for Architecture in our country: a space of time, concrete, from which we will be forced to seek new ways.

15/1/13

ESPAÑA ESCOLAR / ESCUELA INFANTIL DE PEREDA PÉREZ ARQUITECTOS EN PAMPLONA

Pereda Pérez Arquitectos, Escuela Infantil en Pamplona, Fotógrafo: Pedro Pegenaute 
Si en una reciente entrada veíamos como los suizos Miller&Maranta exprimían al máximo las posibilidades de un solar insólito para un edificio escolar, apilando el programa en altura y “cosiendo” espacialmente el edificio mediante patios, el equipo pamplonica Pereda Pérez Arquitectos -Carlos Pereda y Óscar Pérez- no le va a la zaga en cuanto a hacer virtud de aquello que, a todas luces, se antoja como un inconveniente: un solar urbano, metido con calzador en una reparcelación previa, arrinconado al fondo de una plaza, y que tiene como telón de fondo las traseras de un bloque al uso de viviendas en forma de “C”; una alta muralla horadada por un mapeado de ventanas y galerías de ropa tendida. El equipo navarro toma lo que necesita de este escenario urbano y diseña una pequeña Escuela Infantil a modo de zócalo con una rotunda imagen pétrea sobre la que emerge la escenografía de lo cotidiano.


Esta estrategia proyectual se apoya en tres elementos que destacan de la propuesta: la estricta organización de la planta, en primer lugar; el elaborado trabajo que los arquitectos llevan a cabo en la sección -más bien secciones- de la pieza, en segundo lugar y, al unísono con las dos anteriores, la importancia que en la solución adquiere la captación de la luz natural. El esquema de la planta arranca con la disposición dos franjas que se orientan en sentido de la plaza en busca de la luz y las vistas; las elaboradas aulas ocupan la banda más exterior –cuajada de escuetos patios- mientras que los espacios más privativos se disponen junto a la medianera de la edificación existente, con el colchón, también, de un patio abierto. Entre las dos, el corazón del centro, una espina central que funciona como calle interior, en la que los pequeños juegan y se relacionan; un tema recurrente en la arquitectura escolar y cuyo ejemplo más reciente nos lo ofreció, en este mismo cuaderno, Javier Larraz, que comparte con Pereda Pérez Arquitectos origen, Navarra, y localización de su estudio, Pamplona, en su espléndida Escuela en Buztintxuri también en la capital navarra.

Pereda Pérez Arquitectos, Escuela Infantil en Pamplona, Planta, alzado y secciones
El mapa de la planta no podría entenderse sin leer la sección transversal; en las esquemáticas grafías de Pereda Pérez Arquitectos vemos como la secuencia de alturas que arranca de la cumbrera del edificio de viviendas va graduándose, laminándose, como una melodía, a través de los cambios en el perfil de la sección hasta alcanzar el pavimento de la plaza. Los lucernarios corridos, además de iluminar y ventilar esta profunda planta, actúan a modo de secuencia espacial (interior y exterior) escalonando el macizo zócalo desde la medianera hasta su encuentro con el espacio público: la calle.

El lucernario, pieza fundamental de la arquitectura que el Movimiento Moderno hace suyo, entra a formar parte del “catálogo” de la arquitectura escolar de la mano de Arne Jacobsen (1902-1971) en su inigualable Escuela Munkegård en Copenhague En el caso que nos ocupa, los altos prismas que emergen de las tapizadas cubiertas introducen la luz tanto a la franja de aulas como a la “calle interior” que recorre de un extremo a otro el centro. En este punto, el lucernario, además de iluminar este amplio corredor central, cualifica espacialmente la espina haciendo fluir el espacio con los marcados cambios de altura de la sección. Soluciones similares a la que presentan Pereda Pérez Arquitectos, con el uso escultórico de los prismas de luz, las encontramos tanto en la escuela de Javier Larraz, como en otras que han sido reseñadas en este cuaderno (también con idéntico uso) como, por ejemplo, la Escuela en Leça do Bailo del estudio portugués ANC Arquitectos.

MGM, IES Galisteo en Cáceres
En la memoria del proyecto, los arquitectos hacen referencia a la idea que pretenden transmitir: “un zócalo abstracto, ordenado, modular y rotundo.” La abstracción la obtienen, además de con la concisión con la que trabajan la la volumetría, echando mano de un elemento neutro, no referencial: la esbelta lama de hormigón que funciona, a la vez, como límite (valla) y como elemento protector (brisoleil), simplemente con un cambio en su geometría: del bastón, “I”, a la forma en “L”. Un recurso que recuerda a otro proyecto también de la misma tipología funcional: el IES Galisteo en Cáceres, del equipo andaluz MGM, con su volumetría escondida tras una empalizada de grandes lamas metálicas que son cierre y fachada. La neutralidad de los paños de lamas, junto con no presencia de los huecos al exterior -tan sólo un recorte en el mapa de lamas marca la entrada-, confiere a este pequeño edificio, visto desde la plaza, una lectura en la que su tamaño -su escala- no se hace evidente, de no ser por la referencia que ofrece el arbolado del patio que emerge de la empalizada; una imagen que es congruente con la idea de objeto arquitectónico, autónomo, perfectamente definido por una cambiante piel de hormigón.


La instantánea mineral, compacta, que Pereda Pérez Arquitectos obtienen con la plástica del hormigón no se limita, únicamente, a envolver una determinada volumetría; los arquitectos hacen vibrar todo el edificio con un mismo acorde, aquel que se obtiene con la textura de la pasta endurecida tanto al exterior como al interior del centro. Para ello, los arquitectos acuden a la lógica constructiva diseñando un estructura de techo a base de potentes piezas prefabricadas de hormigón en forma de “π” que salvan las importantes luces, casi sin esfuerzo, apoyándose en pantallas de hormigón que cuajan la planta. Una estrategia que exige una importante disciplina en la modulación y organización de los elementos portantes que, como las grandes losas, están pensados para quedar vistos; la secuencia de nervios que dibujan las piezas, pautan el espacio definido entre las potentes paredes y aportan al proyecto lo que Mies definió como “poética de la construcción”; aquello que va más allá de una correcta solución técnica, donde la tectónica del esqueleto, en este caso, configura, por sí mismo, el espacio arquitectónico; no hace falta nada más.

Al interior la mirada fluye entre las potentes masas de hormigón y los livianos planos de cristal y bloques de pavés; entrando y saliendo de los patios; resbalando por los suaves planos de tableros blancos, hasta elevarse entre el claroscuro de las nervaturas en busca de la luz de los lucernarios; el tono claro del alfombrado del suelo unifica, sin solución de continuidad, toda la propuesta.

La atención que los arquitectos prestan a las cuestiones medioambientales como son la ventilación e iluminación natural, se completa con la incorporación al proyecto de una fuente de energía sostenible y renovable como es la geotérmica, que optimiza el sistema de calefacción por suelo radiante del colegio; esta aportación hizo posible que la escuela fuera el primer edificio público en Navarra en utilizar esta fuente de energía limpia y renovable.














Fuentes:
+ Fotógrafo: Pedro Pegenaute
+ AV Monografías 152 (2011) La Escuela Global
+ IES Galisteo en Cáceres, MGM. Temas de Arquitectura 8. General de Ediciones.




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