Forma parte ya del lenguaje cotidiano denominar Zona Cero a aquel espacio (físico o no) que ha sido objeto de un acontecimiento de tal magnitud que, automáticamente, pone el contador a cero en la historia particular de ese sitio (físico o no): primero para que no se olvide y, segundo, para que todo pueda ser reformulado desde ese nuevo punto de partida. El momento actual de crisis generalizada puede convertirse (si no lo ha sido ya) en la Zona Cero para la arquitectura en nuestro país: un espacio de tiempo, concreto, a partir del cual nos veremos obligados a buscar nuevos caminos. / Forms part of everyday language to call Zero Zone to that space (physical or not) that has undergone an event of such magnitude that automatically sets the counter to zero in the particular history of that site (physical or not): first so that is not forgotten and, second, so that everything can be reformulated from this new starting point. The present time of general crisis can become (if it has not already been) at Zero Zone for Architecture in our country: a space of time, concrete, from which we will be forced to seek new ways.

25/1/13

ARQUITECTURA ZONA CERO CUMPLE UN AÑO


Se cumple hoy, día 25, un año desde que inicié la andadura de este blog. Los que me hayan seguido desde entonces (gracias), como también aquellos que se han ido subiendo a este viaje en otras estaciones (mil gracias), habrán podido comprobar (basta con que pinchen de nuevo en la primera entrada) que este cuaderno arrancó como consecuencia de una sensación de hartazgo que se proyectaba, desde la web de un estudio de arquitectura (el mío) a las vírgenes ventanas de arquitectura zona cero. El panorama de entonces, por lo que se refiere al estado de nuestra profesión, en general, como la del muladar en que se había convertido el inframundo de los concursos públicos (fundamentalmente los conocidos como de servicios) no ha mejorado; por el contrario, ha ido a peor (remito, esta vez, a un reciente comentario que publiqué el pasado día 8).

Si me permitís, y dado que el blog está de aniversario, aplazo el análisis de la difícil situación actual para otro momento, tiempo habrá, para comentar una cuestión que me han hecho llegar, a través de sus correos, muchos colegas tanto de aquí como de fuera de España, en relación a la aparente sensación de ilusión y de entusiasmo que les transmite el contenido del presente blog. Primero, y de nuevo, gracias; en segundo lugar, comentar (comentaros) que la ilusión y el entusiasmo, si resultan evidentes, tienen su origen precisamente en el día a día de aquellos compañeros que incluso en situaciones de extrema dificultad, como la que nos toca en estos momentos lidiar, se empeñan (os empeñáis) en hacer, y seguir haciendo, BUENA ARQUITECTURA. Esta actitud positiva, con la que está cayendo, se alimenta también del convencimiento, como ha quedado demostrado en otras épocas convulsas en lo social y económico, que la Arquitectura, la buena arquitectura, seguirá abriéndose paso entre las cenizas (escombros en este caso). La ilusión, a la que hacía referencia, es consecuencia directa de la recarga de pilas que para mí, y para muchos compañeros, supone el poder seguir, estudiar y, porqué no, también criticar, los buenos proyectos que todos los días salen adelante. Mi compromiso (y de ahí mi entusiasmo) es poder acercarlos a todos aquellos que les interese; de momento hay 17.000 clics; a todos ellos, a todos vosotros, gracias.